Los principales agentes de deterioro de nuestro patrimonio son insectos, hongos, roedores y tintas metaloácidas. Tras el análisis de los daños que producen y un acertado diagnostico se aplican los diversos tratamientos para curar y erradicar las causas y los daños. La limpieza, desinfección, hidratación, reintegración de soportes, consolidación, laminación y reencuadernación son tratamientos de restauración que se aplican en estas instalaciones, siempre siguiendo los criterios y normativas vigentes internacionalmente.

